El Rey David, pecador y no corrupto
El poderoso político, el Rey David, mató y tomó la mujer ajena, fue pecador, pero no hizo del asesinato y del adulterio un hábito, no se corrompió.
Además, reconoció su pecado, pidió perdón y nos dejo el hermoso salmo 50, testimonio de sus fallos y arrepentimiento.